¿Tu perro le tiene miedo al agua? 5 tips para hacerlo todo un "Aquadog"

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Son muchos los perros que no se atreven a entrar en el agua y que sufren enormemente cada vez que intentamos que se bañen. ¿Se imaginan lo triste que esto debe ser para los amantes de las aventuras acuáticas?

¿Alguna vez te has preguntado por qué tu perrito le tiene miedo al agua? Sigue leyendo y encuentra las posibles respuestas, además de sugerencias para ayudarle a combatirlo.

A pesar de que por instinto desde que nacen todos los perros saben nadar a muchos el agua les asusta, además conviene recordar que no todos los perros son buenos nadadores.

¿Por qué tu perro le tiene miedo al agua?

El miedo de los perros al agua puede deberse a múltiples factores, como un desconocimiento de lo que es, si es la primera vez que se enfrenta a una masa de agua considerable o bien porque haya tenido alguna mala experiencia con el agua en la que haya tenido algún susto.

Sí, al fin y al cabo los perritos sienten y reaccionan de manera muy similar a los humanos.

Este tipo de miedo no solo puede afectar las vacaciones con él, sino que puede llegar a provocar que el baño para cuidar su higiene se complique.

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¿Miedo o fobia?

Antes de pensar en cómo ayudar a tu perrito, es necesario que te asegures de que tu pequeño le tenga miedo al agua y no sea solo que le desagrade. Un perro con miedo intentará huir del estímulo que se lo provoca, llegando incluso a ladrar o a intentar morder en caso de sentirse forzado. También puede quedarse "paralizado" al encontrarse en una situación en la que haya agua, pero no es tan común.

A diferencia de los perros que sufren miedo, existen otros que tienen fobia al agua. En este caso observarás una reacción desproporcionada con síntomas de ansiedad y malestar muy evidentes.

 
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Al sufrir miedo o padecer una fobia, el sistema inmunológico de nuestro perro se debilita, y eso le hace más susceptible a padecer cualquier enfermedad, por lo que es muy importante trabajar este aspecto y lograr la superación de sus miedos o fobias. Eso sí, en el caso de las fobias necesitaremos el tratamiento que pueda ofrecer un profesional, como puede ser un etólogo o un educador canino.

 
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¿Cómo se trata el miedo?

Toma en cuenta que el miedo no se puede quitar de forma inmediata ya que se necesita un tiempo de trabajo y realizar sesiones de modificación de conducta controladas junto con un profesional. Es muy importante tener claro este punto, no obstante, te ofrecemos algunos consejos que puedes aplicar tú mismo para fomentar una buena asociación y mejorar el bienestar de tu perrito.

1. Intenta familiarizar a tu pequeño con el agua y la sensación de estar mojado.

Primero puedes probar mojarlo suavemente con tu mano tras sumergirla en un pequeño recipiente de agua y después recurrir a esponjas o trapos empapados de agua y escurrirlos poco a poco sobre tu mascotita. No olvides acariciar a tu perrito y llevar el proceso en calma, así como premiarlo al final.

 
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2. Lo ideal es acostumbrarlo desde cachorro a relacionarse con el agua, empezando primero con los baños en casa.

Mímalo, dedícale tiempo, usa agua calentita, con chorro de presión suave, enjabónalo con cuidado, háblale de forma pausada, acarícialo y crea un ambiente relajado, el objetivo es convertir el baño en un momento agradable y que asocie el agua con algo cercano y positivo.

3. Si planeas salir de vacaciones, deja que tu pequeño inspeccione la zona en la que se encuentra la alberca o la playa.

De esta manera se podrá familiarizar con los olores, ruidos, texturas... y conocer las opciones de salida de las que dispone en caso de que quiera alejarse.

4. Trata de acercar a tu perrito lentamente hacia el borde de la alberca.

o la orilla de la playa y recompénsalo con algún premio cuando lo haga. Es importante que tu mascotita reciba estímulos positivos al superar su miedo al agua.

5. Sumérgete un poco tú primero en el agua para mostrarle que no sucede nada y que puede estar tranquilo.

No agites el agua ni juegues con ella de forma exagerada porque corres el riesgo de asustar a tu perrito. Intenta que te acompañe en el agua y se sumerja contigo poco a poco. Si le esperas con una galleta o una golosina para perros el proceso puede ser más sencillo.

 
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Cuidado con esto:

  • No lo expongas al agua de forma descontrolada.

  • No lo castigues. Eso puede empeorar el proceso.

  • No lo obligues a hacer algo que no desea.

  • No refuerces conductas negativas como llorar, ladrar o morder.

No te desesperes. Con paciencia y perseverancia tu perrito puede ir olvidando el miedo, e incluso puede terminar amando el agua.

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