Huellas en el corazón

Cuando decidí estudiar Medicina Veterinaria, no tenía en mente lo que mi profesión cambiaría mi vida a lo largo de los años.

Mi sueño de niña nunca fue ser Veterinaria, al tomar esta decisión importante ¿A qué voy a dedicar el resto de mi vida?. Debo confesar que lo hice un tanto al azar, solo sabía que era importante tener un lugar en la Universidad y que no me interesaba ser contadora, abogada o psicóloga. Y así poco a poco fui construyendo el camino.

Poco más de 5 años de desvelos, largos recorridos, estrés, entre otras cosas; me llevaron a ir adquiriendo conocimientos, experiencia. Y si bien aprender en las aulas es algo esencial; lo que se recorre a través de los años en una clínica, en un hospital es algo que difícilmente se aprende sentándose dentro de un salón de clases.

Sé que ya casi 12 años de ejercer, pueden ser aún muy pocos, pero para mi estos años me han llenado además de ganas de saber más medicina, para poderlos ayudar a sanar su dolor, a mejorar su salud y calidad de vida, a regalarles caricias que reconfortan, a darles juegos de pelota que los hace tan felices, a reconocer que cambian tu vida por completo.

Estos niños eternos, que siempre necesitarán de nuestra ayuda, que siempre dependerán de nosotros, son capaces de hacernos felices con simplezas, de hacernos sentir acompañados cuando estamos solos, de darnos lo mejor de ellos sin condiciones. Son los mejores amigos, la mejor compañía, los mejores cómplices, hermanos, hijos. Y por si fuera poco nos dan grandes lecciones de vida, son simples, humildes y eternamente agradecidos. Sin mencionar que para nuestro peludo no existe nadie en el mundo, tan especial, único y extraordinario que su papá/mamá humano(a).

También a lo largo de los años he tenido que aprender, que nuestros animales de compañía, pez, perro, gato, tortuga, etc. Son seres tan perfectos que su estancia en este mundo para nosotros, desafortunadamente es corta. Y por eso los invito a que si han decidido hacer miembro de su familia uno de estos seres especiales, disfrútenlo, cuíedenlo, no los abandonen por que ellos nunca lo harían, quien vive esta experiencia, les aseguro les cambia la vida para siempre.

Con todo mi cariño para mis peludos a los que les he parecido un humano extraordinario y me han hecho la vida diferente. Pepe, Sugar & Bonie, Maximus, Duncan, Willy, Costilla, Galleta, Tyson, Jimmy, Kipi………………………………………….. nos vemos al final del Arco Iris.

 

MVZ Adriana Herrera Bernal

ppvet20@hotmail.com

Facebook PPVET

Twitter @ppvet20