¿Estresado? ¡Abraza a tu perrito!
Estamos pasando por tiempos complicados que nos tienen a todos entre el estrés y el miedo a contagiarnos del virus que nos cambió la vida y la búsqueda por tratar de hacer una vida normal.
Pero no todo ha sido malo, piénsenlo así: debido a la cuarentena hemos tenido más tiempo para disfrutar de nuestra casa y familia y obviamente de nuestra mascotita.
¿Quién no es feliz de verlo todo el día y apapacharlo a toda hora? ¿Sabías que este comportamiento tiene una explicación científica?Investigadores de la Universidad del estado de Washington (WSU) han llegado a la conclusión de que acariciar a nuestra mascota tiene efectos terapéuticos sobre el estado de ánimo y nos ayuda a reducir el estrés.
Todos tenemos claro que acariciar a nuestra mascotita nos calma y nos relaja y seguramente piensas que no hacía falta un estudio para llegar a esta conclusión. Sin embargo, lo que se pretendía con la realización de esta investigación era descubrir si se podía reducir el estrés de manera significativa de una manera más objetiva. La respuesta fue sí, y aquí es donde entra en juego el cortisol, conocido como la hormona del estrés.
¿Qué es el cortisol?
Se trata de una hormona que actúa como neurotransmisor en nuestro cerebro. Nuestro cuerpo la produce ante situaciones de tensión para ayudarnos a enfrentarlas. La liberación de esta hormona está controlada por el hipotálamo, en respuesta a situaciones estresantes y a un nivel bajo de glucocorticoides en la sangre.
El estrés es una emoción/estado emocional que genera tensión física. Puede provenir de cualquier situación o pensamiento que nos haga sentir frustrados, furiosos o nerviosos. En pequeñas dosis el estrés puede ser positivo, como cuando nos ayuda a evitar un peligro o a cumplir con nuestros propósitos. Sin embargo, cuando el estrés pasa de ser una emoción puntual a una emoción recurrente o a un estado emocional, puede dañar nuestra salud.
Y es aquí donde nuestras mascotitas entran al rescate… ¿Cómo ayudan a nuestro bienestar mental?
Alivian la depresión: Cuando mantenemos un vínculo con una mascotita, tenemos un motivo para levantarnos de la cama. Quizá no tengas ganas de hacer nada, pero sabes que debes darle de comer y en el caso de los perritos, por ejemplo, sacarlo a caminar. Cuando nos sentimos deprimidos es común no querer desahogarnos con nadie, pero lo más seguro es que quieras platicar con tu lomito. ¿Te ha pasado?
Evitan el sentimiento de soledad: Contar con una mascotita en el hogar nos ayuda a sentirnos más seguros de nosotros mismos y más protegidos. También puede ayudarnos a evitar estados como la depresión por sentimiento de soledad, ya que su compañía estimula el contacto físico y la comunicación. Puede que no hablen, o que no nos sigan la conversación, pero tenerlos nos da la certeza total, de que no estamos solos en casa.
Reducen el estrés: Estudios han revelado que tener una mascota y acariciarla frecuentemente, ayuda a reducir los sentimientos de estrés, ansiedad y depresión. Por lo que se aconseja acariciar, jugar, pasear e incluso hablar con las mascotas para despejar la mente y sentir bienestar. ¡Esa medicina sí nos gusta!
Mejoran la vida social: Con frecuencia, salir a pasear a nuestra mascotita es la excusa perfecta para conocer gente: en los parques se forman grupos de dueños de perritos que coinciden allí, hay desconocidos que se acercan a acariciar a un cachorro o surgen conversaciones sobre anécdotas o el cuidado de sus mascotas.
Sí, la época es complicada, pero es necesario poner de nuestra parte para salir adelante, aprovechemos el tiempo en casa para organizarla, aprender algo nuevo y disfrutar la compañía de nuestras mascotitas.
Si de plano necesitas salir a caminar para relajarte, llévate a tu perrito y sigue estas recomendaciones:
Durante el paseo, procura siempre guardar más de un metro y medio de distancia entre los demás paseadores. Si tu pequeño quiere acercarse a otro, déjalo olfatear durante un momento y alarga la correa para que no pierdas el espacio.
Lleva contigo desinfectante para esparcir en el lugar donde el perro haya orinado o defecado.
Una vez que hayas regresado a tu casa, será necesario desinfectar las patas de tu perro utilizando toallitas especiales o simplemente agua y jabón. Limpia sus patas suavemente y limpia las almohadillas y las uñas. Es recomendable utilizar una toalla diferente para cada pata.
Al regresar, cambia de ropa y lávala de inmediato.
Procura sacarlo a pasear en horarios donde no haya tanta gente, como muy temprano por la mañana o hasta la noche, cuando no haya tanta circulación y los locales estén cerrados.
La distancia de tu recorrido deberá ser la mínima posible y siempre dentro de las inmediaciones de tu casa. Evita ir a lugares concurridos como parques y fuentes.
Si has dado positivo a la prueba de COVID-19, lo mejor será que un familiar o persona cercana se encargue de cuidar de tu perro y sacarlo a pasear, ya que bajo estas circunstancias no deberás de salir de tu domicilio por ningún motivo.
Ánimo, sigamos cuidándonos para pronto poder reanudar nuestras actividades.
¿Te gustaría compartir con nosotros tu experiencia de la cuarentena con tu mascotita? ¡Déjanos tus comentarios!